jueves, 17 de octubre de 2013

EL DISEÑO DE LA CIUDAD

El mantenimiento debe saber preservar y desarrollar las ideas proyectadas

Así, deben preverse al máximo de lo posible las acciones directas debidas al vandalismo y las condiciones extremas naturales y de uso que puedan darse, se posibilitarán cambios y ampliaciones en el tiempo, especialmente en las infraestructura, se facilitará la información necesaria para conseguirlos y se establecerán los controles de seguimiento del mantenimiento, no únicamente de las instalaciones, sino también del mantenimiento cualitativo de la globalidad.
Por otro lado es conveniente hacer un esfuerzo cada vez que proyectamos, de no volver a inventar todos los elementos que utilizamos en el proyecto, si no es para mejorar las condiciones de los que ya existen en el mercado. Únicamente cuando no sea así inventaremos o diseñaremos nuevos, pero incluso entonces debemos conseguir un producto que pueda desarrollarse, competir y comercializarse conjuntamente con aquellos de su ámbito.

Cualquier elemento o sistema que no respete estas premisas debe entenderse como singular y exclusivo y deberá preverse un coste más elevado para su conservación posterior.
Vandalismo unas veces o actuaciones indiscriminadas otras
alteran y degradan la calidad del entorno.
Los proyectos desde el momento de su redacción deberían posibilitar, mediante un estudio y una dotación económica exclusivos, el desarrollo de  un Plan de Mantenimiento Operativo.
Éste debería establecer los criterios técnicos de conservación, sistematizar las intervenciones a realizar a lo largo del tiempo, determinar la vida útil de sus elementos, elaborar un programa de conservación mediante la adopción de decisiones críticas sobre la distribución de los importes del as operaciones, reparaciones, modificaciones y control de los sistemas y equipamientos y determinar el equipo humano con competencias responsables, coordinado con las estructuras de mantenimiento existentes en el ámbito público.
El abandono o infrautilización de los espacios programados
provoca una pérdida constante de nuestro patrimonio público.

Este es el primer paso hacia un mantenimiento preventivo, considerablemente ventajoso respecto a los sistemas simples de reposición y reparación que predominan actualmente. Entre estas ventajas podemos destacar la mejor imagen y calidad ambiental conseguidas, la mejor organización en las labores de mantenimiento, los costos económicos totalmente controlados, la vigilancia permanente del estado de las instalaciones y elementos, la carencia de períodos de tiempo sin funcionamiento hasta que se repara, el menor nivel de vandalismo e inseguridad ciudadana y como consecuencia una vida útil más larga.



Autores: Jaume Arbona i Antoni Balagué  
OAS Oficina de Arquitectura, Ingeniería y Urbanismo SLP

 

Complementando todo esto con nuevas fórmulas de gestión y financiación más conectadas y responsabilizadas con el lugar concreto, podremos garantizar un correcto mantenimiento de los espacios públicos.

Es innegable que existe una interacción directa entre el proyecto previo a la realización de la obra y el mantenimiento y gestión posteriores a ésta. El proyecto debe reconocer las condiciones para mantener. El mantenimiento debe saber preservar y desarrollar las ideas proyectadas.


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