La nueva sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada
Rioja se halla ubicada en un edificio emblemático, que fue recuperado y
re-adaptado por los arquitectos Antonio Balagué Ponz y Jaume Arbona Vellida,
quienes supieron darle nueva vida y adecuarlo perfectamente a su nuevo uso. De
antigua estambrera -fábrica y oficinas- a edificio representativo. Un cambio
importante que se consiguió interviniendo en el edificio pre-existente y
dotándolo de un nuevo carácter propio y personal.
La propuesta en el concurso para la adecuación de la antigua estambrera como sede del Consejo Regulador de la D.O. Ca. Rioja fue hecha en el más puro y estricto lenguaje arquitectónico actual, interviniendo sobre el aprovechamiento y adecuación de un edificio existente, que por su situación, ornamentación y funcionalidad se vio superado por las necesidades actuales y se le tuvo que dotar de un artificio ya que formaba parte de una zona industrial llena de naves, edificios auxiliares y depósitos de fueloil o gasoil necesarios para el funcionamiento de la industria a la que daba servicio. En ese momento la trama de crecimiento y desarrollo urbanístico de esa zona de la ciudad, limitada por la vía del ferrocarril, la circunvalación y la carretera de Villamediana, dota al edificio de una singularidad relativamente poderosa.
Respecto al suelo de la parcela existente se elevó una plataforma peatonal que comunica la ciudad con el interior del edificio dónde, después de atravesarlo longitudinalmente, la visión se prolonga hacia el jardín interior de la nueva manzana, convirtiéndose el edificio en un filtro para que a través de sus espacios limpios y depurados transforme al visitante, haciéndolo partícipe de la labor del Consejo Regulador.
Esta intervención en el edificio pretende desde el acceso, enfatizar mediante la desaparición de las dos fachadas laterales que inciden sobre éste y, con la creación de esta transparencia longitudinal, dividir su espacio interior en dos zonas; una coincidiendo con el acceso, más ligera, abierta y dinámica, donde se pueden concentrar, debatir o realizar exposiciones de toda índole, y otra más tectónica y estática, que acoge dependencias que por sus características deben ser más pequeñas o cerradas.
Los espacios regulares y finitos creados quieren trasladar al visitante/espectador a situaciones preconcebidas, sin dejarlo desamparado ante la monumentalidad que, además pretende asumir la intervención.
En todas las plantas se diferencian longitudinalmente
las dos zonas anteriormente mencionadas; en la parte posterior, más cerrada, se
sitúan prioritariamente despachos o salas pequeñas, y en la parte anterior,
dinámica, las salas de conferencias, aulas, salas de reuniones, exposiciones,
etc. Cada área participa siempre de ambas zonas.
El área de recepción y promoción, como área representativa, se sitúa en la
planta baja y por extensión en la primera, en su zona más abierta, quedando así
la zona más cerrada ocupada por la oficina de información, tienda promocional, recepción,
etc. Lo que llamamos zona dinámica es un espacio polivalente con posibilidad de
independizarse en caso necesario de manera más informal.
En la planta
primera, la sala de cata y degustaciones de prestigio y sala de conferencias
completan el área de promoción. En la segunda se encuentran los servicios del propio
Consejo Regulador. En la planta tercera, con predominio sobre el resto,
queda ubicada el área de presidencia, sala de juntas y biblioteca. En el sótano se ubican los almacenes, archivo general y aparcamiento. Su
acceso se trasladó al extremo opuesto al existente, liberando la zona destinada
al acceso principal del edificio. En la cubierta se encuentran los espacios reservados a
maquinaria de climatización y demás instalaciones, liberando el mayor espacio
del sótano para utilizarlo como almacén.
Fue voluntad de este equipo tratar con rigor la
intervención a realizar en la adecuación del edificio, cumpliendo las
limitaciones técnicas que supone el actuar sobre una construcción ya existente,
garantizando a la vez un coste final máximo acorde con el previamente
calculado. También se pretendió en todo momento, preservar la estabilidad
actual de la estructura, no debilitándola con intervenciones fuera de lugar.
Por el contrario, las únicas intervenciones que se realizaron en ella fueron de
consolidación.
Artículo publicado en “OFICINAS”
Autores: Jaume Arbona i Antoni Balagué OAS Oficina de Arquitectura,
Ingeniería y Urbanismo SLP
Fotografías de: Joan Mundó
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