La
intervención de la ampliación del Hotel Marqués de Vallejo ha consistido en la
anexión de un solar contiguo con fachada a las calles San Juan y Ollerías en el
que se desarrolla el programa para un hotel de categoría tres estrellas.
El edificio
proyectado consta de planta baja y cuatro plantas piso en la calle San Juan, y
tres plantas piso en la calle Ollerías. En el edificio existente, la recepción
que estaba en la planta primera se traslada a la planta baja, para estar más en
contacto con la ciudad.
El proyecto
se decide desde la contextualización de los parámetros de la arquitectura del
movimiento moderno, sin dejar por ello de impregnarse de la arquitectura
tradicional con la cual ha de convivir. La idea de cómo intervenir en esta
parte histórica de la ciudad de Logroño nos obligó a sentir los estímulos
locales, releyendo a su vez la suma de los diversos restos significativos que
están depositados en el lugar de manera singular.
El edificio
continúa la conformación arquitectónica tradicional que debe tener la calle San
Juan y la calle Ollerías, como continuación del concepto y la imagen propia del
centro de Logroño. La fachada de la calle San Juan y de la calle Ollerías se
realiza con un acabado del tipo estucado planchado en frío.
La propuesta
pretende no competir con la originalidad arquitectónica de las edificaciones
tradicionales existentes, ni tampoco adoptar soluciones miméticas fuera ya de
contexto, sino dar respuesta con elementos actuales a ese concepto
arquitectónico tradicional, planteado desde el concepto de edificio público y
representativo. El sistema de huecos de la fachada se formaliza a través de un
ritmo compositivo pautado entre hueco y macizo.
La
edificación queda entre medianeras con las edificaciones vecinas y la
alineación que adquiere es la propia del vial. El tipo y esquema
estructural planteado para la construcción está resuelto con pórticos de
pilares de hormigón armado siguiendo las directrices de las fachadas. Estos
pórticos se organizan de manera que puedan conformar grandes espacios sin
quedar visualmente interrumpidos por elementos estructurales.
La
volumetría del nuevo objeto plantea una relación visualmente confortable con su
entorno. La volumetría es sencilla, y adquiere la propia forma del solar. Como
elemento organizador y uniendo el edificio existente con el volumen ampliado se
configura un espacio-atrium que articula el nuevo conjunto creado y a través
del propio acceso se hace visible y partícipe desde la calle Marqués de
Vallejo, potenciando así la relación espacio público y privado. En este punto
de acceso la fachada se libera de estorbos revitalizando la propia estructura
original del edificio de principios de siglo realizada con pilares metálicos
roblonados.
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