viernes, 18 de octubre de 2013

PROYECTO PARA UNA VIVIENDA UNIFAMILIAR ENTRE MEDIANERAS EN ALFARO, LA RIOJA

EMPLAZAMIENTO:

La ciudad de Alfaro ha tenido dos emplazamientos, uno ibero-romano y otro árabe. Actualmente la carretera de Zaragoza a Logroño (antiguo camino real, cercano a la vía romana), limita este segundo y definitivo asentamiento. La ciudad queda así cercada por esta carretera, la elevación de Tambarría (telón de fondo paisajístico de la ciudad) y la ribera del río Alhama.
En un primer crecimiento la ciudad lo hace anularmente rodeando la ladera N-O de la montaña desde la Plana hacia la Ribera del Alhama. En uno de estos estratos detrás de la Colegiata de San Miguel se sitúa la parcela objeto de este proyecto.
El emplazamiento concreto sugiere determinadas opciones. La volumetría de la zona tiene la apariencia del nuevo objeto que quiere así explicar tanto su propia organización como plantear una relación visualmente confortable con su entorno. El volumen general viene dado por el programa concreto. Las cubiertas y los materiales de acabado por las condiciones geográficas. La “solución” de la planta baja y la formalización de la terraza por un aprovechamiento intensivo de las condiciones del propio solar.

OBJETO DEL PROYECTO:
El proyecto resuelve el programa de una vivienda unifamiliar entre medianeras. Se aprovecharon las posibilidades que ofrece la construcción de planta baja + 2, organizando la vivienda en las dos plantas superiores. En la primera planta se sitúan la cocina, el comedor, la sala de estar, un aseo, un cuarto de plancha y una habitación. En la segunda planta, se sitúan tres habitaciones y dos baños uno de ellos conectado directamente a la habitación. La planta baja, se dejó totalmente libre, sólo se situó el vestíbulo y la escalera que da acceso a la vivienda y un cuarto para el depósito de gas-oil. El resto de la planta se deja diáfana.


 
LOS CRITERIOS FUNCIONALES Y COMPOSITIVOS:

El proyecto se decide desde la contextualización de los parámetros de la arquitectura del movimiento moderno. A él corresponden una tipología estructural consistente en pilares de hormigón,  una planta diáfana que permita variaciones y redistribuciones a lo largo del tiempo. El sistema de huecos aprovecha la liberación de cargas de los muros que le otorga la tipología estructural elegida, para así regular con libertad la relación interior y exterior en función de cada espacio y situación de la casa.
Estas premisas se ponen en relación con unas condiciones de programa, emplazamiento y climatología concretas. El clima de la zona deja fuera de lugar cubiertas planas. Debe optarse por la cubierta con pendiente, resuelta con materiales habituales por suficientemente probados.
 
El programa es el familiar habitual. Es precisa pues una compartimentación de espacios que aleja el interior de posibles continuidades y fluencias. Esa compartimentación puede, además, modificarse a lo largo del tiempo.

AMPLIACIÓN DEL HOTEL MARQUÉS DE VALLEJO EN LOGROÑO

La intervención de la ampliación del Hotel Marqués de Vallejo ha consistido en la anexión de un solar contiguo con fachada a las calles San Juan y Ollerías en el que se desarrolla el programa para un hotel de categoría tres estrellas.

El edificio proyectado consta de planta baja y cuatro plantas piso en la calle San Juan, y tres plantas piso en la calle Ollerías. En el edificio existente, la recepción que estaba en la planta primera se traslada a la planta baja, para estar más en contacto con la ciudad.

 
CRITERIOS FUNCIONALES Y COMPOSITIVOS
 
El proyecto se decide desde la contextualización de los parámetros de la arquitectura del movimiento moderno, sin dejar por ello de impregnarse de la arquitectura tradicional con la cual ha de convivir. La idea de cómo intervenir en esta parte histórica de la ciudad de Logroño nos obligó a sentir los estímulos locales, releyendo a su vez la suma de los diversos restos significativos que están depositados en el lugar de manera singular.
El edificio continúa la conformación arquitectónica tradicional que debe tener la calle San Juan y la calle Ollerías, como continuación del concepto y la imagen propia del centro de Logroño. La fachada de la calle San Juan y de la calle Ollerías se realiza con un acabado del tipo estucado planchado en frío.
La propuesta pretende no competir con la originalidad arquitectónica de las edificaciones tradicionales existentes, ni tampoco adoptar soluciones miméticas fuera ya de contexto, sino dar respuesta con elementos actuales a ese concepto arquitectónico tradicional, planteado desde el concepto de edificio público y representativo. El sistema de huecos de la fachada se formaliza a través de un ritmo compositivo pautado entre hueco y macizo.  
La edificación queda entre medianeras con las edificaciones vecinas y la alineación que adquiere es la propia del vial.  El tipo y esquema estructural planteado para la construcción está resuelto con pórticos de pilares de hormigón armado siguiendo las directrices de las fachadas. Estos pórticos se organizan de manera que puedan conformar grandes espacios sin quedar visualmente interrumpidos por elementos estructurales.
 
La volumetría del nuevo objeto plantea una relación visualmente confortable con su entorno. La volumetría es sencilla, y adquiere la propia forma del solar. Como elemento organizador y uniendo el edificio existente con el volumen ampliado se configura un espacio-atrium que articula el nuevo conjunto creado y a través del propio acceso se hace visible y partícipe desde la calle Marqués de Vallejo, potenciando así la relación espacio público y privado. En este punto de acceso la fachada se libera de estorbos revitalizando la propia estructura original del edificio de principios de siglo realizada con pilares metálicos roblonados.
 



 





 
 
 
 
 
 
 

 

jueves, 17 de octubre de 2013

AGENCIA DE DESARROLLO ECONÓMICO DE LA RIOJA

La propuesta planteada por los arquitectos para el inmueble nº 13-15 de la calle Muro Francisco de la Mata pretendía dar respuesta a las necesidades de organización y uso de la Agencia de Desarrollo Económico mediante actuaciones puntuales que, lejos de competir con la singularidad arquitectónica del conjunto existente, han realzado y aprovechado, con el máximo rigor, el orden estructural. La actuación realizada en el interior responde a ese criterio de potenciar la estructura como elemento generador de orden y modulación. En el espacio residual entre esa disposición geométrica y los límites de la edificación, quedan configurados los recorridos.
El conjunto compuesto por cuatro plantas de distintas formas y superficies e incluso alturas, se organiza y ordena a través de un elemento geométrico sencillo que personaliza y distingue la intervención. Los volúmenes que se conciben dentro de las plantas se han tratado limpiamente, abiertos y transparentes, desterrando la imagen de opacidad, secretismo y privacidad del conjunto, conceptos contrarios a la concepción actual de edificio público.

El nuevo núcleo de escaleras y ascensor se ha construido de cristal con el objeto de comunicar visual y lumínicamente los espacios, tanto los de una misma planta como los del resto de ellas. Ese núcleo transparente, generado a partir de una figura geométrica, hace la función de conducto de luz, que derrama ésta desde el patio de iluminación de la finca en el piso primero hasta el sótano y además permite ver desde el acceso, la luz que muestra la fachada posterior. 
 

La distribución interior se ha organizado de manera tan flexible que permitirá optimizar al máximo los usos a lo largo del tiempo. Los puestos de trabajo en contacto con el público -departamento de promoción y parte del de gestión- se han situado en la planta baja y la entreplanta, mientras que en la planta piso se ha optado por ubicar los de menor relación continua con el exterior: la gerencia, la sala de juntas, la unidad de marketing y el departamento de gestión. En la planta semisótano está el archivo, los cuartos de instalaciones, los aseos públicos y dos zonas, una central cerrada por acristalamientos para ocupaciones temporales, y otra más cercana a la fachada posterior, donde se ubica una sala para cursos y conferencias. El mobiliario elegido para todas las dependencias de la agencia respeta los criterios de ergonomía.

CONSEJO REGULADOR DE LA DENOMINACIÓN DE ORIGEN CALIFICADA RIOJA EN LOGROÑO


La nueva sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja se halla ubicada en un edificio emblemático, que fue recuperado y re-adaptado por los arquitectos Antonio Balagué Ponz y Jaume Arbona Vellida, quienes supieron darle nueva vida y adecuarlo perfectamente a su nuevo uso. De antigua estambrera -fábrica y oficinas- a edificio representativo. Un cambio importante que se consiguió interviniendo en el edificio pre-existente y dotándolo de un nuevo carácter propio y personal.



La propuesta en el concurso para la adecuación de la antigua estambrera como sede del Consejo Regulador de la D.O. Ca. Rioja fue hecha en el más puro y estricto lenguaje arquitectónico actual, interviniendo sobre el aprovechamiento y adecuación de un edificio existente, que por su situación, ornamentación y funcionalidad se vio superado por las necesidades actuales y se le tuvo que dotar de un artificio  ya que formaba parte de una zona industrial llena de naves, edificios auxiliares y depósitos de fueloil o gasoil necesarios para el funcionamiento de la industria a la que daba servicio. En ese momento la trama de crecimiento y desarrollo urbanístico de esa zona de la ciudad, limitada por la vía del ferrocarril, la circunvalación y la carretera de Villamediana, dota al edificio de una singularidad relativamente poderosa.

 
Respecto al suelo de la parcela existente se elevó una plataforma peatonal que comunica la ciudad con el interior del edificio dónde, después de atravesarlo longitudinalmente, la visión se prolonga hacia el jardín interior de la nueva manzana, convirtiéndose el edificio en un filtro para que a través de sus espacios limpios y depurados transforme al visitante, haciéndolo partícipe de la labor del Consejo Regulador.

Esta intervención en el edificio pretende desde el acceso, enfatizar mediante la desaparición de las dos fachadas laterales que inciden sobre éste y, con la creación de esta transparencia longitudinal, dividir su espacio interior en dos zonas; una coincidiendo con el acceso, más ligera, abierta y dinámica, donde se pueden concentrar, debatir o realizar exposiciones de toda índole, y otra más tectónica y estática, que acoge dependencias que por sus características deben ser más pequeñas o cerradas.

Los espacios regulares y finitos creados quieren trasladar al visitante/espectador a situaciones preconcebidas, sin dejarlo desamparado ante la monumentalidad que, además pretende asumir la intervención. La organización funcional propuesta intenta resolver con rigor los requisitos funcionales requeridos por el Consejo Regulador.
En todas las plantas se diferencian longitudinalmente las dos zonas anteriormente mencionadas; en la parte posterior, más cerrada, se sitúan prioritariamente despachos o salas pequeñas, y en la parte anterior, dinámica, las salas de conferencias, aulas, salas de reuniones, exposiciones, etc. Cada área participa siempre de ambas zonas.
El área de recepción y promoción, como área representativa, se sitúa en la planta baja y por extensión en la primera, en su zona más abierta, quedando así la zona más cerrada ocupada por la oficina de información, tienda promocional, recepción, etc. Lo que llamamos zona dinámica es un espacio polivalente con posibilidad de independizarse en caso necesario de manera más informal.
En la planta primera, la sala de cata y degustaciones de prestigio y sala de conferencias completan el área de promoción. En la segunda se encuentran los servicios del propio Consejo Regulador. En la planta tercera, con predominio sobre el resto, queda ubicada el área de presidencia, sala de juntas y biblioteca. En el sótano se ubican los almacenes, archivo general y aparcamiento. Su acceso se trasladó al extremo opuesto al existente, liberando la zona destinada al acceso principal del edificio. En la cubierta se encuentran los espacios reservados a maquinaria de climatización y demás instalaciones, liberando el mayor espacio del sótano para utilizarlo como almacén.
Fue voluntad de este equipo tratar con rigor la intervención a realizar en la adecuación del edificio, cumpliendo las limitaciones técnicas que supone el actuar sobre una construcción ya existente, garantizando a la vez un coste final máximo acorde con el previamente calculado. También se pretendió en todo momento, preservar la estabilidad actual de la estructura, no debilitándola con intervenciones fuera de lugar. Por el contrario, las únicas intervenciones que se realizaron en ella fueron de consolidación.

Artículo publicado en “OFICINAS”
Autores: Jaume Arbona i Antoni Balagué  OAS Oficina de Arquitectura, Ingeniería y Urbanismo SLP
Fotografías de: Joan Mundó