La ciudad de Alfaro ha tenido dos
emplazamientos, uno ibero-romano y otro árabe. Actualmente la carretera de
Zaragoza a Logroño (antiguo camino real, cercano a la vía romana), limita este
segundo y definitivo asentamiento. La ciudad queda así cercada por esta
carretera, la elevación de Tambarría (telón de fondo paisajístico de la ciudad)
y la ribera del río Alhama.
En un primer crecimiento la ciudad
lo hace anularmente rodeando la ladera N-O de la montaña desde la Plana hacia
la Ribera del Alhama. En uno de estos estratos detrás de la Colegiata de San
Miguel se sitúa la parcela objeto de este proyecto.
El
emplazamiento concreto sugiere determinadas opciones. La volumetría de la zona
tiene la apariencia del nuevo objeto que quiere así explicar tanto su propia
organización como plantear una relación visualmente confortable con su entorno.
El volumen general viene dado por el programa concreto. Las cubiertas y los
materiales de acabado por las condiciones geográficas. La “solución” de la
planta baja y la formalización de la terraza por un aprovechamiento intensivo
de las condiciones del propio solar.
OBJETO DEL PROYECTO:
El proyecto resuelve el programa
de una vivienda unifamiliar entre medianeras. Se aprovecharon las posibilidades
que ofrece la construcción de planta baja + 2, organizando la vivienda en las
dos plantas superiores. En la primera planta se sitúan la cocina, el comedor,
la sala de estar, un aseo, un cuarto de plancha y una habitación. En la segunda
planta, se sitúan tres habitaciones y dos baños uno de ellos conectado
directamente a la habitación. La planta baja, se dejó totalmente libre, sólo se
situó el vestíbulo y la escalera que da acceso a la vivienda y un cuarto para
el depósito de gas-oil. El resto de la planta se deja diáfana.
LOS CRITERIOS FUNCIONALES Y
COMPOSITIVOS:
El proyecto
se decide desde la contextualización de los parámetros de la arquitectura del
movimiento moderno. A él corresponden una tipología estructural consistente en
pilares de hormigón, una planta diáfana que permita variaciones y
redistribuciones a lo largo del tiempo. El sistema de huecos aprovecha la liberación
de cargas de los muros que le otorga la tipología estructural elegida, para así
regular con libertad la relación interior y exterior en función de cada espacio
y situación de la casa.
Estas premisas se ponen en
relación con unas condiciones de programa, emplazamiento y climatología
concretas. El clima de la zona deja fuera de lugar cubiertas planas. Debe
optarse por la cubierta con pendiente, resuelta con materiales habituales por
suficientemente probados.
El programa es el familiar
habitual. Es precisa pues una compartimentación de espacios que aleja el
interior de posibles continuidades y fluencias. Esa compartimentación puede,
además, modificarse a lo largo del tiempo.